Tratamiento para el dolor de espalda en Clínica IVEMA Valencia
El dolor de espalda es una de las molestias más comunes en la población adulta. Lo asociamos al estrés, a las malas posturas o al paso del tiempo. Pero… ¿y si ese dolor esconde algo más serio? Una fractura vertebral puede estar detrás de esas molestias persistentes y silenciosas. Lo más preocupante es que muchas personas la padecen… ¡y no lo saben!
¿Qué es una fractura vertebral?
Una fractura vertebral ocurre cuando uno de los huesos de la columna (las vértebras) se rompe o colapsa. Aunque solemos relacionarla con accidentes graves, muchas fracturas vertebrales se producen de forma progresiva, especialmente en personas con osteoporosis, pérdida de masa ósea o incluso por cargar peso de manera inadecuada.
¿Por qué pasa desapercibida?
A diferencia de otras fracturas, la vertebral no siempre provoca un dolor agudo e inmediato. Puede comenzar con una molestia leve, que se intensifica al estar de pie o sentarse por largos periodos. Algunas personas notan una pérdida de estatura, una ligera curvatura en la espalda o fatiga lumbar constante, sin relacionarlo con una fractura.
Síntomas de alerta
Aunque cada caso es único, hay señales que pueden indicar una posible fractura vertebral:
Dolor de espalda repentino o persistente, especialmente en la zona media o baja.
Dificultad para moverse con normalidad.
Pérdida de estatura sin explicación aparente.
Curvatura progresiva de la columna (joroba o cifosis).
Dolor que empeora al cargar peso, toser o agacharse.
Si presentas uno o varios de estos síntomas, es importante acudir a un especialista cuanto antes.
¿Quiénes están en riesgo?
Aunque cualquier persona puede sufrir una fractura vertebral, el riesgo aumenta en:
Mujeres mayores de 50 años.
Personas con osteoporosis o antecedentes familiares de fracturas.
Quienes han sufrido traumatismos o caídas recientes.
Personas sedentarias o con trabajos que exigen carga física.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico suele hacerse a través de una radiografía, resonancia magnética o tomografía. En muchos casos, se detecta cuando ya ha pasado cierto tiempo desde la fractura, lo que puede complicar el tratamiento si no se actúa a tiempo.
¿Tiene solución?
Sí. El tratamiento depende del grado de la fractura. Puede incluir:
Reposo y medicamentos para el dolor.
Suplementación de calcio y vitamina D si hay pérdida ósea.
Fisioterapia para recuperar movilidad.
En casos más graves, procedimientos como vertebroplastia o cifoplastia.
La clave está en el diagnóstico precoz.