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Dolor Cervical Agudo vs. Dolor Cervical Crónico: Diferencias Clave

Tratamiento del Dolor Cervical en Clínica IVEMA Valencia

El dolor cervical, comúnmente conocido como dolor de cuello, es una de las molestias más frecuentes en la población. Esta afección puede variar significativamente en cuanto a intensidad, duración y causas. A grandes rasgos, el dolor cervical se puede clasificar en dos categorías principales: dolor cervical agudo y dolor cervical crónico. Cada uno de ellos tiene características, tratamientos y causas diferentes, por lo que es esencial entender las diferencias clave entre ambos para abordarlos de manera adecuada.

1. Dolor Cervical Agudo: ¿Qué es y cómo se presenta?

El dolor cervical agudo es aquel que aparece de manera repentina, suele ser intenso y dura un período relativamente corto, normalmente menos de 6 semanas. Generalmente, se debe a causas específicas, como lesiones menores o tensiones musculares.

Causas del dolor cervical agudo:
  • Lesiones por esfuerzo o sobrecarga muscular: Levantar objetos pesados o realizar movimientos repetitivos de la cabeza y cuello puede causar tensión en los músculos del cuello.
  • Mala postura: Pasar demasiado tiempo en posturas incorrectas, como inclinarse sobre una computadora o mantener el cuello en una posición inadecuada durante el sueño, puede generar dolor cervical agudo.
  • Accidentes o lesiones: Los traumatismos, como el «latigazo cervical» en accidentes de tráfico, son una causa común de dolor agudo.
  • Tensiones emocionales: El estrés y la ansiedad pueden provocar tensión en los músculos del cuello, derivando en un dolor cervical temporal.
Síntomas del dolor cervical agudo:
  • Dolor repentino e intenso en el cuello.
  • Rigidez en el área afectada.
  • Dolor al mover el cuello o girar la cabeza.
  • A veces, dolor que se irradia a los hombros o la parte superior de la espalda.
Tratamiento del dolor cervical agudo:

La buena noticia es que el dolor cervical agudo suele mejorar por sí solo con el tiempo y las medidas adecuadas de autocuidado. Algunos tratamientos comunes incluyen:

  • Reposo: Evitar actividades que puedan empeorar el dolor.
  • Aplicación de frío o calor: El frío ayuda a reducir la inflamación en las primeras 48 horas, mientras que el calor promueve la relajación muscular.
  • Analgésicos de venta libre: Medicamentos como ibuprofeno o paracetamol pueden aliviar el dolor temporalmente.
  • Ejercicios suaves: Estiramientos suaves y ejercicios de rango de movimiento pueden ayudar a recuperar la movilidad.
  • Terapias alternativas: En algunos casos, la acupuntura o los masajes pueden ser útiles para aliviar la tensión muscular.

2. Dolor Cervical Crónico: ¿Qué lo diferencia?

El dolor cervical crónico, en cambio, se refiere a un dolor persistente que dura más de 12 semanas, incluso después de haber tratado las causas iniciales. Puede ser intermitente o constante, y a menudo es más complejo de tratar debido a que puede involucrar múltiples factores.

Causas del dolor cervical crónico:
  • Desgaste degenerativo: Con la edad, los discos intervertebrales del cuello pueden desgastarse, lo que puede derivar en condiciones como la artrosis o la enfermedad degenerativa discal.
  • Hernias discales: Cuando el material interno de un disco intervertebral sobresale y presiona los nervios, puede generar un dolor persistente.
  • Problemas estructurales: Las deformaciones en la columna cervical, como escoliosis o cifosis, pueden contribuir al dolor crónico.
  • Condiciones inflamatorias: Enfermedades como la fibromialgia o la artritis reumatoide pueden causar dolor prolongado en el cuello.
  • Tensiones musculares prolongadas: El mantenimiento de posturas inadecuadas durante largos períodos de tiempo puede derivar en una sobrecarga crónica de los músculos del cuello.
Síntomas del dolor cervical crónico:
  • Dolor persistente o recurrente en el cuello, que puede empeorar por las noches o después de actividades prolongadas.
  • Rigidez o limitación en el rango de movimiento.
  • Dolor irradiado hacia los hombros, brazos o incluso hacia las manos.
  • Hormigueo o debilidad en los brazos, lo cual puede indicar un problema nervioso.
Tratamiento del dolor cervical crónico:

El tratamiento del dolor cervical crónico puede ser más complejo y puede requerir un enfoque multidisciplinario. Algunas estrategias incluyen:

  • Fisioterapia: Un programa de ejercicios personalizados puede ayudar a fortalecer los músculos del cuello y mejorar la postura.
  • Medicamentos recetados: En casos graves, se pueden utilizar antiinflamatorios más fuertes, relajantes musculares o incluso inyecciones de esteroides.
  • Terapia manual: La quiropráctica o la osteopatía pueden ser útiles en algunos casos para mejorar la alineación de la columna.
  • Intervenciones quirúrgicas: En casos extremos, cuando el dolor crónico es causado por hernias discales graves o problemas estructurales importantes, la cirugía puede ser necesaria.
  • Terapias psicológicas: El dolor crónico a menudo está relacionado con factores emocionales, por lo que abordar el estrés y la ansiedad mediante técnicas como la terapia cognitivo-conductual puede ser beneficioso.

3. ¿Cuándo buscar ayuda médica?

Tanto el dolor cervical agudo como el crónico pueden mejorar con los tratamientos adecuados, pero es importante saber cuándo consultar a un médico. Si experimentas alguno de los siguientes síntomas, deberías buscar atención profesional de inmediato:

  • Dolor severo o repentino sin una causa aparente.
  • Dolor que no mejora después de varias semanas de tratamiento.
  • Entumecimiento, debilidad o pérdida de control en los brazos o piernas.
  • Dolor acompañado de fiebre, pérdida de peso inexplicada o malestar general.

Comprender las diferencias entre el dolor cervical agudo y crónico es crucial para abordar adecuadamente el problema. Mientras que el dolor agudo suele ser de corta duración y responde bien a los tratamientos conservadores, el dolor cervical crónico puede requerir una combinación de enfoques terapéuticos más complejos. En ambos casos, adoptar medidas preventivas, como mejorar la postura y fortalecer los músculos del cuello, es fundamental para reducir el riesgo de recurrencia y mantener una buena salud cervical a largo plazo.

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