Pilar Juan Navarro x Psicóloga | Clínica IVEMA Valencia
La ansiedad forma parte de la vida y, en niveles moderados, cumple una función adaptativa. El problema aparece cuando deja de ser puntual y comienza a condicionar el día a día. Muchas personas conviven durante meses —incluso años— con ansiedad intentando “llevarla como pueden”, normalizando síntomas que ya están afectando a su bienestar emocional, físico y social. En estos casos, el tratamiento psicológico no es una opción extrema, sino una herramienta necesaria.
Cuando la ansiedad deja de ser una reacción y se convierte en un problema
Uno de los mayores errores es pensar que la ansiedad solo existe cuando hay crisis intensas o ataques de pánico. En la práctica clínica, la mayoría de pacientes no llegan por episodios puntuales, sino por un malestar constante: preocupación excesiva, tensión corporal, dificultad para desconectar, problemas de sueño o sensación de estar siempre en alerta.
Cuando la ansiedad se mantiene en el tiempo, deja de estar vinculada a una situación concreta y empieza a invadir distintas áreas de la vida. En ese punto, ya no hablamos de “nervios” o “estrés normal”, sino de un problema que necesita abordaje profesional.
Señales de que la ansiedad ya no se puede gestionar en solitario
Existen indicadores claros de que las estrategias personales han dejado de ser suficientes. Algunas de las señales más habituales son la dificultad para controlar los pensamientos, la anticipación constante de escenarios negativos o la sensación de no poder relajarse nunca del todo. A esto se suman síntomas físicos como palpitaciones, opresión en el pecho, problemas digestivos, dolores musculares o fatiga persistente.
También es frecuente que la persona empiece a evitar situaciones, decisiones o conversaciones por miedo a sentirse peor. Cuando la ansiedad limita, desgasta o condiciona, es el momento de buscar ayuda psicológica especializada.
Por qué “aguantar” la ansiedad suele empeorar el problema
Muchas personas retrasan el inicio de un tratamiento psicológico porque creen que el problema desaparecerá solo o que “no es para tanto”. Sin embargo, la ansiedad no tratada tiende a cronificarse. El cuerpo y la mente aprenden a funcionar en estado de alerta, reforzando los mecanismos que mantienen el problema.
Con el tiempo, esto puede derivar en insomnio, irritabilidad constante, bloqueo emocional, problemas de concentración e incluso síntomas depresivos. Acudir a terapia no significa no poder con la situación, sino tomar una decisión activa para recuperarse antes de que el malestar aumente.
En qué consiste el tratamiento psicológico de la ansiedad
El tratamiento psicológico de la ansiedad se basa en comprender qué la mantiene, cómo se manifiesta en cada persona y qué recursos necesita para gestionarla de forma eficaz. No existen soluciones universales, por lo que el abordaje es siempre individualizado.
En terapia se trabaja la identificación de pensamientos automáticos, la regulación emocional, la gestión del miedo y la reducción de la activación fisiológica. Además, se enseñan herramientas prácticas para afrontar situaciones que generan ansiedad sin evitarlas, recuperando progresivamente la sensación de control.
La importancia de entender el origen del malestar
La ansiedad no aparece de la nada. En muchos casos está relacionada con etapas vitales exigentes, experiencias no resueltas, autoexigencia elevada o dificultad para poner límites. Parte del trabajo terapéutico consiste en comprender el origen del malestar, no para buscar culpables, sino para intervenir de forma profunda y eficaz.
Cuando la persona entiende qué le ocurre y por qué, la ansiedad deja de vivirse como algo incontrolable. Este proceso reduce el miedo a los propios síntomas y facilita una recuperación más estable.
Ansiedad y síntomas físicos: cuando el cuerpo también pide ayuda
Una de las principales razones de consulta en Clínica IVEMA es la ansiedad que se manifiesta a través del cuerpo. Dolores sin causa médica clara, problemas digestivos, sensación de falta de aire o mareos recurrentes suelen generar mucha preocupación y pruebas médicas repetidas.
El tratamiento psicológico permite abordar esta conexión entre mente y cuerpo, reduciendo la somatización y ayudando a interpretar las señales físicas de forma menos amenazante. Cuando disminuye el miedo a los síntomas, estos suelen perder intensidad y frecuencia.
Cuándo iniciar un tratamiento psicológico de la ansiedad
No es necesario tocar fondo para empezar terapia. De hecho, cuanto antes se interviene, mejor pronóstico suele tener el tratamiento. Si la ansiedad se repite, interfiere en la calidad de vida o genera sufrimiento, ya es motivo suficiente para pedir ayuda.
Iniciar un tratamiento psicológico es una forma de autocuidado y prevención. No se trata solo de eliminar síntomas, sino de aprender a relacionarse de otra manera con las emociones y las situaciones estresantes.
Tratamiento psicológico de la ansiedad en Clínica IVEMA
En Clínica IVEMA, el tratamiento de la ansiedad se realiza desde un enfoque profesional, cercano y personalizado. El objetivo no es solo aliviar el malestar inmediato, sino dotar a la persona de herramientas que le permitan mantener los avances a largo plazo.
Cada proceso terapéutico se adapta a las necesidades individuales, respetando el ritmo de cada paciente y creando un espacio seguro donde poder comprender, expresar y trabajar el malestar emocional sin juicios.